martes, 25 de noviembre de 2008

Un hombro encogido

Solo una cosa, mientras lees el post de Angelica Lidell hazme un favor y escucha de fondo esta pieza...
Y el que con sus obras no le busque un sentido a la existencia es un
puto farsante. Y el que no haga las cosas por amor o desamor es un puto
farsante. Porque la capacidad de amar y la inteligencia y el esfuerzo van
unidos. Esas tres cosas van unidas. Y ahí estamos todos jodidos porque no
sabemos cómo cojones hacerlo, porque todos llevamos nuestra tara a cuestas. "El
que ha pensando lo más profundo ama lo más bello". Y el estratega es un puto
farsante. Y el que emprende un camino de perfección y excelencia es un
gilipollas. Y el error nos habla más de lo humano que el acierto. Y el que busca
la coherencia es un imbécil o un malvado. La mezcla de idiotez y maldad es muy
común, es lo frecuente. A veces nos pasa. Todos hemos sido imbéciles y malvados
alguna vez. Todos podemos hablar por experiencia. No se libra ni dios. Los
patios de butacas rezuman estupidez y maldad. Lo he dicho mil veces, yo tengo
una Pilsner Urquell y mis excesos, el resto sólo tenéis intereses, astucia y
ambiciones. Está en el aire, en el puto aire, como el frío.

.... el hombro encogido o el silencio.

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