Vicente Verdú escribía el domingo en EPS un artículo sobre la soledad, entendida como plaga del siglo XXI. A veces tengo la sensación de que la soledad es eso que te encuentras cuando te haces viejo. Pasas de ser un independiente (un ser hecho a si mismo al que no le gustan las ataduras) a un solitario y sin transición aparente. Pero la hay; es esa que eludes y no te atreves a mirar de frente.
El single está de moda por la vía de los hechos consumados. Y aquí están las nuevas tecnologías para regalarnos la ficción de seguir vinculados a alguien, desconocido, vale, con más capacidad para la mentira y la máscara, pero persona al fin y al cabo. Ya dejó constancia Pedro Salinas de lo importante que era para él que le quisieran "por detrás de la risa". Es que no hay color. Sin embargo, Verdú advierte que en la sociedad del siglo XXI "mientras la relación en el cuerpo a cuerpo sigue debilitándose, la relación a distancia, máscara a máscara, aumenta y prolifera"... ¿Y si al final terminamos siendo solo eso, avatares? Más que nunca, la vida es sueño...
La polarización como búsqueda de un enemigo
Hace 1 día