lunes, 16 de junio de 2008

187 millones de muertos

Se me ha quedado grabada esa cifra. Son los muertos del siglo XX, los caídos por muerte violenta fruto de guerras o postguerras... Es una cifra global que aporta Eric Hobsbawm y que utiliza de espita Rafael del Águila en su ensayo Crítica de las ideologías. El peligro de las ideas, que edita Taurus y que reseñaba El País.
Del Águila analiza el binomio ideales y exterminio. Ninguno de los horrores que acompañaron el siglo XX, dice el autor, fueron por generación expontánea. "Hubo quien movió mediante la palabra, quien organizó, quien aplaudió, quien miró para otro lado...". Y continúa: "Hubo asesinos, administradores, políticos, gente normal que buscaba un porvenir en medio del horror...". El problema de todo esto es analizar y juzgar los horrores del siglo XX con los ojos del siglo XXI o, simplemente, analizar con la distancia y el dolor atenuado. Pero creo que Del Águila desenmascara el romanticismo de consenso que encubren las ideologías, sobre todo en este tiempo de relativismo absoluto.
Siempre he creído que eran peores aquellos que justificaban los horrores en orden a un mundo mejor, más igualitario y libre, que aquellos que lo hacían con un fin excluyente explícitamente argumentado. Algo que me recuerda a un extracto del ensayo Cómo nos venden la moto de Chomsky y Ramonet que decía algo así como que los ciudadanos pasaron de épocas pre revolucionarias a épocas post revolucionarios sin apenas notar cambios en su status-K.O. Aun así creo en el progreso, a pesar de los horrores y de los horrorosos, avanzamos.

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